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Espacio 17 musas · Entrevista con Fernando J. Múñez

El día plomizo con el que amaneció Madrid en el día de hoy no fue la antesala de una jornada distópica en el contexto veraniego que vivimos en este 2020.


Y entono este prólogo a colación de la entrevista que, personalmente, me ha alegrado la tarde y que ha ofrecido espacio 17 musas con Fernando J. Múñez y su obra La cocinera de Castamar.



Ya reseñé y locuté en su momento para Loque y Relatos de mediodía las impresiones que esta obra me había generado. Sin duda, uno de los éxitos del 2019 y también de este año tan apocalíptico. Y por supuesto que su regusto, que ya ha traspasado fronteras y ha llegado a Francia y Alemania, se sigue complementando con la adaptación a la pequeña pantalla que realizará Atresmedia en estos próximos meses de su obra.


Marina Beckett (@marinabeckett_), coordinadora de Espacio 17 musas y directora de la agencia Mankell ha ejercido de perfecta anfitriona para compartir un tiempo dinámico, distendido y muy enriquecedor y poder conocer un poco más a fondo todo lo que rodea esta obra castamarista. (Discúlpenme la licencia pero este adjetivo calificativo debía aparecer para darle ese punchque tiene en sí el universo de la obra).


La entrevista ha sido un recorrido por algunos de los puntos capitales que envuelven la novela editada por Planeta. La primera parada, casi obligatoria, hacía relación a su propia contextualización. Fernando ha compartido la necesidad de ubicarla en pleno siglo XVIII porque no es un siglo con boato a diferencia del Siglo de Oro o la época de esplendor del XIX con figuras capitales como Clarín o Galdós.


Y de la misma manera, porque las piezas de ajedrez, las convenciones y las estructuras sociales estaban muy bien definidas. Bien es cierto que este siglo se estrena de manera convulsa y los conflictos bélicos que subyacen a la historia son necesarios para haber dejado poso en los personajes. Era necesario que hubieran vivido lo que les ha tocado para que nuestro encuentro, el del lector, nos permita comprenderlos desde un prisma concreto y con una mochila y bagaje determinados.


De la misma manera que era necesario poner los escenarios a esta representación, sus actores y actrices principales también necesitaban un hueco en la entrevista. Y a pesar de que Clara Belmonte es capital y eje vertebrador para el desarrollo de la trama, Fernando nos ha comentado que no ha existido un referente único para modelarla. No existía una necesidad de fijarse plenamente en una mujer real, a pesar de tomar o inspirarse en otros nombres propios que por aquel entonces ya reivindicaban el papel de la mujer en la sociedad, sino en la propia naturaleza y psicología que le insuflarían vida. Su agorafobia y su mundo interior eran prioritarios; su propia psique y naturaleza iban a ser lo que definirían un personaje como el de Clara y, también, del resto del elenco.


Otros nombres propios como los de Gabriel o doña Úrsula también han tenido cabida en la charla. El primero por generar y empatizar con el lector. Por su definición arquetípica tan sumamente chocante en una sociedad que no concebía ver a una persona negra siendo un auténtico caballero. La segunda como un auténtico regalo de arco argumental al que hay que querer (después de sufrir mucho con ella y su temperamento) y que experimenta una transformación con esa justicia poética tan propia de la literatura.



Marina, en el avance de la charla, también ha hecho una pregunta fundamental siempre que se entrevista a un escritor/a. Siguiendo ese leitmotiv de "Y tú, ¿de quién eres?" de aquel el eslogan publicitario de finales de los noventa, en el mundo literario la respuesta a esta cuestión se puede concretar en brújula o mapa.


Que Fernando nos desvele que se decanta más por el primer supuesto con una novela de más de setecientas páginas nos vuelve a demostrar la capacidad creativa e imaginativa que derrocha. No jugar con escaleta alguna sino que sean los propios personajes los que tiren de la historia, los que tomen el juego de la narración y de la evolución de la misma es una propuesta de altruismo y generosidad plena. Un auténtico reto que, sin embargo, sí tiene hitos por el camino, escenas o destinos a los que sabe que debe llegar con cada uno de ellos. Esa vuelapluma de una calidad magistral es sopesada por la voz interna de los personajes y lo que cada uno de ellos necesitan.


Quizá por ello también ha compartido la necesidad de utilizar un narrador equisciente. Una mímesis casi plena con el personaje que se convierte en el interlocutor con el lector. El narrador se desdibuja de una manera tan sutil que acercarse a la novela se hace con la denominada perspectiva limitada de cada uno de los personajes. Y la estructura coral de todos sus integrantes es lo que garantiza una introducción en un mundo que bien podría ser cinematográfico.


También ha habido tiempo para compartir el éxito de la novela y todo lo que se crea a su alrededor, como las ediciones en otros países o la adaptación de la novela a la pequeña pantalla de la mano de Atresmedia. Desde hace meses sabíamos de este nuevo proyecto y hace pocas semanas los nombres del elenco principal vieron la luz con Michelle Jenner, Roberto Enríquez y Hugo Silva como terna protagonista.


Es importante, o al menos así lo ha destacado Fernando, entender que esta es una adaptación de la novela y que los códigos audiovisuales y los literarios son muy diferentes. Estar sujeto a un presupuesto, tiempos y formas también limitan una producción de este tipo. Bien es cierto que no participa directamente en el desarrollo de la serie aunque sí aporta su visión y su valoración. A pesar de ello, sigue siendo Atresmedia quien tiene la última palabra para dar vida y cobertura a dicha historia y quizá podamos ver algunas diferencias con respecto a la novela. Tiempo al tiempo y cuando llegue a nuestras casas podremos valorar la adaptación. Por lo pronto, la novela deja el listón bien alto así como las expectativas de sus lectores.


Y en este deseo de seguir leyendo nuevas propuestas de Fernando también nos ha adelantado algo de su nuevo proyecto. Muy poquito y dejando la miel en los labios para no desvelar absolutamente nada. Sí es cierto que ha compartido que este nuevo retoño está íntimamente relacionado con la filosofía, concretamente con la escolástica, que está ambientado en el siglo XIII y que se trata, por tanto, de un thriller histórico al estilo El nombre de la rosa. El hype se va consumando poco a poco y eso es buena señal.


A la pregunta de cuándo podremos tener esta nueva historia en nuestras manos, la situación actual que vivimos va a ser el pulso para conocer cuándo verá la luz. Presumiblemente parece que será en 2021 pero sin nada concreto y con muchos interrogantes.


Así que con algunas preguntas en el aire pero con el mundo Castamar cada vez más asentado en el panorama literario solo podemos agradecer este tiempo de charla y entrevista. Reconocer el trabajo tanto de Fernando como de 17 musas y no dejarnos en el tintero la propuesta de un club de análisis de la obra para los próximos meses. Sin duda la novela da para mucho y sería un proceso de enriquecimiento muy grande.


Todo se andará.


Pero si necesitan algún pequeño consejo de una humilde lectora en este tiempo de vacaciones, les sugiero que piquen billete a los territorios de Castamar y pidan el paquete vacacional completo, ese de pulserita y mojito. Les garantizo que la chef del complejo les dejará gratamente sorprendidos.


Una pena que en el siglo XVIII no existieran todavía las estrellas Michelín o Masterchef. Hubiera arrasado. Ya se lo digo yo.


¡Buen provecho!


P.D: por cierto, por aquí tenéis la entrevista íntegra de Espacio 17 Musas por si queréis disfrutarla en su totalidad.

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